BAS editor Alfredo Benito
Casi con las maletas preparadas para salir hacia la Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, donde es una de las participantes destacadas, charlamos en el Bulletin con Vanessa Neumann, venezolana afincada en Estados Unidos, que hasta diciembre de 2020 fue la embajadora diplomática de Juan Guaidó en Reino Unido e Irlanda. Ciertas desavenencias con la oposición venezolana, además de poderosas razones personales le hicieron volver a Nueva York.

Allí, a la espera de convertirse en mamá en agosto, lidera Asymmetrica, una consultoría que ella misma fundó especializada en anticorrupción y anti-tráfico ilícito, y que es miembro de la Red Mundial de investigación contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Autora del libro Lucros de Sangre: Cómo los Consumidores Estadounidenses Inconscientemente Financian Terroristas (2017), charlamos con ella de la actualidad que rodea al últimamente siempre convulso país venezolano. Neumann sigue apostando y trabajando por una salida negociada que devuelva a Venezuela la estabilidad política, social y económica que merece.
BAS. – Hace más de 1 año y medio que abandonaste tu puesto en Londres como enviada diplomática del líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó. ¿Ha cambiado algo la situación que provocó tu renuncia?
Vanessa Neumann. – Todo está igual. Desafortunadamente se ha agudizado incluso un poquito. Es decir, las razones que provocaron mi renuncia siguen ahí, pero yo sí he visto recientemente algunas cosas positivas, que me dan un poco de esperanza. Yo también tuve una razón personal. Necesitaba volver a una carrera, a ganarme ingresos, a estabilizarme. Volver a un país [Estados Unidos] donde tengo visa, donde tengo hogar…porque quería tener una vida familiar. Pero obviamente, la razón profesional hay que buscarla en que había una gran división [en la oposición venezolana], que no había una estrategia bien articulada y que yo me sentía demasiado prisionera del grupo del G-4 [ formado por los partidos opositores Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular], y eso me frustró mucho.
BAS. – Pero antes mencionabas que habías visto últimamente algunos aspectos positivos. ¿Cuáles son?

Vanessa Neumann. – Como te decía todas esas divisiones siguen ahí, pero lo que sí ha cambiado, y eso me inspiró bastante, fue un evento al que asistí en Washington DC, “Unidas por Venezuela”, de mujeres líderes de mi país, organizado por Atlantic Council y el Gobierno de Canadá, y surgieron estas voces de estas líderes, que hablan muy bien, son muy inteligentes, tienen argumentos muy bien articulados, y yo me siento representada y otra mucha gente también. Y son voces políticas, potentes, que tienen apoyo del pueblo venezolano y que no se han visto ni se han escuchado antes. Yo siento que el sistema político del G4, al que yo renuncié, silenciaba voces como estas. Ahora los americanos y los canadienses las ven, ya no están invisibilizadas y eso me da esperanza de que la inclusión femenina, que es tan importante en un proyecto de transición, de negociación, de estabilización, consiga que esto vaya a cambiar.
Yo creo además que la situación de Juan Guaidó se ha agudizado, porque ha perdido mucho apoyo dentro de Venezuela. Ya pasó enero de 2021 que hubiera sido el final de su mandato, lo cual es una lástima y es muy triste para todos.
BAS. – En las últimas semanas, algunos medios sugerían un posible levantamiento de las sanciones a Venezuela por parte de Estados Unidos. Sin embargo, en la reciente Cumbre de las Américas celebrada en California, Estados Unidos vetó la asistencia de Venezuela. ¿Podemos decir que el aislamiento internacional del país sigue vigente y que la posición de Estados Unidos por tanto no ha cambiado?

Vanessa Neumann. – Los Estados Unidos siguen reconociendo a Juan Guaidó oficialmente. Pero también ve, como el resto del mundo, que esta estrategia con Guaidó no ha funcionado y además, que llevamos el plazo de toda una presidencia estadounidense, 4 años, y esto no va mejorando. Entonces ellos, por un lado, se tienen que quedar con su reconocimiento, pero, por otro lado, tienen que ser más pragmáticos si quieren ver el cambio. En definitiva, tienen que balancear que están en contra de Maduro -y de Daniel Ortega -, pero, también necesitan flexibilizarse un poco con la región. Es básicamente un juego diplomático. Uno tiene que entender que, en la política, en las relaciones exteriores, uno no tiene amigos, tiene intereses.
BAS. – En las últimas semanas hemos presenciado varios ejemplos del reforzamiento de la cooperación entre Rusia y Venezuela. ¿Qué opinión te merece ese acercamiento entre ambas naciones justo en medio de una guerra como la que tiene lugar en Ucrania?
Vanessa Neumann. – Yo creo que Maduro lo está pasando muy divertido, porque ahorita es como ‘the man of the hour’, como dirían los americanos. Por un lado, tienes a los gringos diciendo: “ven pa’ca, abandona Rusia y de repente te compramos petróleo”. E incluso Venezuela ha dicho cosas en favor de los EEUU…hay un vídeo por ahí de Tareck El Aissami -ministro de Petróleo de Venezuela- con el embajador iraní, en el que se escucha a ambos decir “vivas” a sus respectivos países, pero cuando el embajador iraní dice: ‘abajo Estados Unidos’, El Aissami le dice ‘no digas eso’…Entonces, por supuesto que sí están buscando un acercamiento a los EEUU, por ejemplo, soltaron un par de rehenes. Y por otro lado, Rusia que está muy aislado, que ya no tiene amigos, busca a Venezuela. Así que de repente, Venezuela se ha vuelto un país como muy importante geopolíticamente y tiene dos pretendientes. Así que desde el punto de vista de Maduro todo esto le parece muy divertido.
BAS. – Precisamente ese conflicto de Rusia y Ucrania ha beneficiado económicamente a Venezuela a cuenta del petróleo. ¿Ha mejorado realmente la situación financiera dentro del país?

Vanessa Neumann. – Ha mejorado para una pequeña élite dentro de Caracas. Los Ferraris, las Rumbas, los bodegones…Con tal de que tú estés ganando en dólares, tú puedes conseguir todo lo que tú quieras. Han liberalizado un poquito el dólar para cierta gente cercana al régimen. Y eso siempre tiene un océano de dólares donde hay narcotráfico. Porque el petróleo no se paga en rublos, se paga en dólares. Y, por tanto, claro, la vida ha mejorado para toda esa gente. Y si yo me quiero ir a cortar el pelo, a la peluquera también le va mejor, porque yo le voy a pagar en dólares. Y entonces ese efecto secundario sí se produce, incluso a ese rango económico social más bajo, que ofrece los servicios o los bienes a la gente que gana en dólares. Lo cual está muy bien, pero si te sales de ese círculo, en el resto de Venezuela la gente se está comiendo un cable. No tienen agua, no tienen comida, no tienen medicina…Fuera de Caracas la situación está mal.
BAS. – Hace unos días en una columna de opinión en el Washington Post, el historiador Tomas Straka se preguntaba si Venezuela está más cerca de un cambio o de una nueva etapa en la tragedia. ¿Cuál es tu opinión?
Vanessa Neumann. – Yo quiero pensar que va a haber cambio, pero no le veo una línea recta. Yo creo que sí hay posibilidades de negociar, con un liderazgo fresco, venezolano, de negociar dentro de Venezuela con las comunidades. Y empezar a recrear lo que es ser venezolano. Y eso es algo que sabemos hacerlo de otros procesos de reintegración. Pensar cuál es la Venezuela que queremos y empezar a hablar de eso de una manera muy amplia. Con este nuevo liderazgo femenino, creo que eso sí sería posible, que podría haber un cambio. Pero yo creo que no vamos a llegar a lo que queremos hacer hasta por lo menos 2030.
BAS. – Por lo que dices, entonces el papel del liderazgo femenino será esencial para el futuro de Venezuela, ¿no?
Vanessa Neumann. – Sí, yo creo que hace falta más liderazgo femenino. En esta crisis, son las mujeres las que son más traficadas, las que dejan de comer primero para darle a sus hijos. El 80% de las familias en Venezuela son mujeres solteras. Es un número extraordinario.
BAS. – Todos sabemos que hay millones de venezolanos que siguen saliendo de su país en un éxodo masivo. ¿Crees que muchos de ellos piensan que no van a volver nunca a su país?

Vanessa Neumann. – Ojalá que no. Yo siempre he querido volver a mi país, a pesar de que me he armado la vida fuera. Me va bien, tengo carrera, tengo hogar. Pero aparte de eso, me duele mucho en el alma que no pueda volver. Toda la diáspora sufre la separación de su familia, la separación de su país, a pesar de que se hayan construido una vida. Pero claro se te complica mucho más si ya tienes a tu mujer o tu pareja en otras ciudades, tu carrera y tus hijos en el colegio en otro país. Entonces se te complica agarrar todo eso y volver a Venezuela. Pero yo no he conocido a nadie en la diáspora que no quiera volver a visitar, volver a tener un hogar, volver a abrazar a sus seres queridos, volver a su tierra, a su casa natal, a su familia. Todos sufrimos de eso definitivamente. Todo el mundo quiere volver de cierta manera. Y otra cosa muy importante es que la diáspora venezolana se tiene que tomar en cuenta y sentirse representada por la oposición. Porque el régimen ha borrado a todos esos millones de personas. Por eso es muy importante que la oposición no nos borre.
Estamos aprendiendo a estas alturas a ser venezolanas, y qué implica eso, y esa unidad de identidad es muy importante. Y claro, a unos chavistas duros mega criminales no les vas a cambiar, pero puedes agarrar a algunos para que se acerquen más al centro