Pedro Páramo y el cine

BAS editor Francisco Compán

El 18 de julio de 1955 se publicó Pedro Páramo, la que sería la novela mexicana más influyente de la historia. Es uno de esos títulos universalmente reconocidos, incluso entre aquellos que no hayan leído la genial creación de Juan Rulfo, pero sin duda, una de las tantas cosas intrigantes de esta novela es que parece ser más apreciada por otros autores que por los mismos lectores a los que estaba dirigida. Pedro Páramo llegó a las manos de Gabriel García Márquez para marcar su futura carrera de escritor y mostrarle el “camino que buscaba” para continuar sus libros. Pocos años después llegaría Cien años de soledad. Entre muchos otros autores, Jorge Luis Borges describió la obra cumbre de Rulfo como uno de los más grandes textos nunca escritos.

La muerte prematura de sus padres cuando tenía 6 y 10 años respectivamente, y su profundo conocimiento de la bibliografía histórica, antropológica y geográfica de México hacen más comprensible esta extraordinaria novela de Juan Rulfo (1917, Apulco, Jalisco). Tras la muerte de sus padres fue a un internado en Guadalajara y de allí a la ciudad de México en donde asistió a los cursos de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras. 

Durante buena parte de las décadas de 1930 y 1940 viajó extensamente por el país, trabajó en Guadalajara y en Ciudad de México, y a partir de 1945 comenzó a publicar sus cuentos en las revistas América y Pan. Rulfo escribió Pedro Páramo entre 1951 y 1953 gracias a dos becas consecutivas que le otorgó el Centro Mexicano de Escritores y que le permitieron abandonar su trabajo en una empresa fabricante de neumáticos para poder dedicarse a la escritura.

Solamente la brillante primera frase de la novela es necesaria para identificar una creación de este calibre. “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo” es un comienzo tan cautivador como enigmático. Imposible parar de leer. Lo que sigue no disminuye en calidad y absorbe la mente del lector que le resulta imposible ver la línea que separa a los vivos de los muertos.

Más allá de la complejidad narrativa de la novela, la línea argumental se enfoca en la relación entre el poder, la muerte y el amor. Quizá haya sido la universalidad de estos temas lo que haya persuadido a Netflix, el gigante de la transmisión de películas en línea, a crear su propia versión cinematográfica de Pedro Páramo. Aunque no será la primera vez que se lleve la novela de Rulfo a la gran pantalla. Ya en 1966, Carlos Velo dirigió una versión con guión de Carlos Fuentes y que desgraciadamente fue una decepción para crítica y público tras su presentación en el Festival de Cannes de 1967. Nada malo con el guión ni con la dirección. El primer error de la producción fue, según el co-protagonista Ignacio López Tarso, la selección del actor estadounidense-mexicano John Gavin para el papel de Pedro Páramo. El protagonista nunca resultó creíble en su papel. 

Fotograma de “Pedro Páramo” – Carlos Velo (1967)

El hecho de que los muertos sobrevivan como almas en pena en Comala viene de la cultura popular y, sin duda, se le puede ver el potencial cinematográfico. De la misma manera, aparecen en la novela ciertos elementos míticos o religiosos que acaban siendo, en ocasiones, metáforas de la condición humana. Así es el caso del mismo Juan Preciado cuando regresa a Comala esperando encontrarse con un vergel y a un padre generoso y cariñoso. Rulfo invierte aquí la metáfora para hacer una parodia del cristianismo. En este caso, Juan Preciado se encuentra con el mismo infierno sobre la faz de la tierra. Comala es un pueblo yermo, habitado por fantasmas que lo convierten en un purgatorio, y donde su padre, Pedro Páramo, resulta ser una figura todopoderosa, pero cruel y despiadada.

Pedro Páramo ha sido asociada con el realismo mágico por ciertos críticos, aunque parece que sea más bien una novela precursora de la tradición que popularizaría García Márquez. Por otro lado, la novela contiene referencias al purgatorio de la fe católica, representado en Comala como la negativa del Padre Rentería de bendecir a Miguel Páramo. Al mismo tiempo, nos encontramos alusiones a ciertas prácticas religiosas mexicanas vinculadas con el Día de los muertos, como la escena en la que Susana se encuentra una calavera al bajar a la mina por una cuerda. La mezcla de referencias culturales, religiosas y tradicionales contribuye a hacer a Pedro Páramo una obra sublime, pero supone un desafío más para la adaptación cinematográfica. Esperemos que aprendan de los errores de la producción del ’66.

Parece que Netflix no es la única plataforma digital interesada en adaptar novelas latinoamericanas al cine. Amazon Prime también ha anunciado la creación de una nueva serie inspirada en Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez. Les deseamos éxito.