Click here for English version.
Eduardo A. Gamarra es profesor titular de ciencias políticas en el departamento de política y relaciones internacionales de la Universidad Internacional de Florida (FIU), donde dirige el Foro de Opinión Pública Latina en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales Stephen Green. Aquí contesta las preguntas de nuestra directora de asuntos americanos, Clara Riveros, sobre el impacto de los votantes hispanos de cara a la contienda presidencial estadounidense de 2024.
¿Hay un cambio de tendencia en la intención del voto hispano?

Hicimos una encuesta que fue presentada el 14 de diciembre[1]. Los hispanos mayoritariamente siguen siendo demócratas. Cuando se les pregunta qué partido representa mejor sus valores la respuesta mayoritaria es el Partido Demócrata. Asimismo, cuando se les pregunta respecto al partido y las políticas públicas también los demócratas salen ganando.
Donde hay un problema para los demócratas es en el liderazgo y la confianza que se tiene en los líderes del Partido Demócrata y en sus representantes en el Congreso. Hay una crisis de confianza muy grande, una crisis de confianza en las instituciones y una crisis de confianza en el presidente Biden. Cuando se les preguntó si quieren que Biden sea el candidato demócrata, un 45 % respondió que no. En este sondeo de opinión todos los consultados son hispanos. Lo anterior no significa un rechazo al Partido Demócrata sino hacia su liderazgo.

Al hacerle la misma pregunta a los hispanos republicanos, el 57 % dice que no quiere a Trump como candidato de ese partido. Hay un rechazo muy grande hacia ambos candidatos, aunque es mayor el rechazo hacia Trump que hacia Biden. Y cuando se pregunta por cuál de los dos votaría, Biden gana. Pero el numero ha caído muchísimo. En el año 2020 el voto de los hispanos por Joe Biden casi llegó al 70 %. Entre tanto, el apoyo a Trump ha aumentado del 29 % en 2020 al 33 % en la actualidad. En nuestra encuesta el voto por Biden sería de 53 %. Otra pregunta fue si en el último año ha pensado en cambiar de partido y cerca de un 20 % nos dice que sí. De ese 20 % un 38 % dice que ha pensado en cambiar al Partido Demócrata por el Partido Republicano.
Ahí es donde está la mudanza del voto. El problema para los demócratas no es que haya un cambio mayoritario de hispanos hacia el Partido Republicano, pero sí que haya un cambio de 3 o 4 % en estados claves como Georgia, Arizona, Pensilvania, Nevada. Un cambio de 3 o 4 % va a afectar de manera muy grande el resultado final. Y es ahí donde Trump puede ganar la elección, no porque haya una mudanza masiva hacia el Partido Republicano.
¿Cómo se diferencian Trump y el gobernador DeSantis entre los latinos de Florida?

Es una pregunta interesante porque, en noviembre de 2022, cuando DeSantis fue reelegido gobernador de Florida, era extraordinariamente popular en esta comunidad, supo beneficiarse mucho de Trump, del discurso y la alta aceptación de la que goza Trump aquí en Florida. DeSantis era percibido como heredero de Trump y el mejor trumpista de todos. DeSantis era muy popular hasta el ingreso de Trump en la campaña. A medida que pasaron los meses y evolucionó la carrera por la presidencia, las cosas no le han sido favorables al gobernador. El retorno de Trump y su aspiración a la reelección, el distanciamiento entre ambos, el esfuerzo de DeSantis por diferenciarse del expresidente -que le fue estratégicamente inefectivo e inútil, pues Trump no dejó de atacarlo de manera directa y de ponerle motes, mientras que DeSantis no pudo responderle ni atacarlo de manera directa al expresidente Trump.
Algunas estaciones de radio y periodistas o comentaristas aquí en Florida, son muy interesantes de escuchar, como objeto de estudio, para el análisis de contenido por la exposición ya no solo grosera y descaradamente partidista y proselitista, sino directamente trumpista.
Sorprende un poco la popularidad de Trump aquí en Florida y especialmente en Hialeah, donde casi el 100% de la población es latina y más del 90 es cubana. A simple vista, el favoritismo y la casi fascinación de la población en Hialeah hacia Trump es muy alta, y lo puedo explicar sociológicamente. Los latinos venimos de una cultura política autoritaria, en particular los cubanos que vienen de una cultura política autoritaria muy fuerte, pero también en mi caso, soy boliviano, o en el tuyo como colombiana, estamos acostumbrados a los caudillos. Los caudillos no son vistos como malos, son vistos como algo positivo, particularmente cuando el expresidente Trump habla, la gente lo ve como una persona que puede resolver sus problemas, sin entender o dejando de lado todo lo que eso conlleva para la institucionalidad en este país. Es una visión muy problemática que mantienen los cubanos y los centroamericanos de pensar o de percibir que un individuo va a resolverles los problemas.

En 2018, durante la campaña para la Gobernación de Florida que ganó por primera vez el actual gobernador Ron DeSantis, los demócratas pintaron a Trump como un caudillo, lo compararon con Fidel, con Chávez, con Maduro. La reacción de la comunidad fue extraordinariamente negativa en contra de los demócratas por haberlo comparado con Castro.
Hay algunos estudios recientes, de hecho, el Miami Herald publicó un estudio en enero de 2024 en el que demuestra que, justamente, las ciudades latinas Doral y Hialeah son las mayores consumidoras per cápita de Obamacare, el plan de salud diseñado por el gobierno demócrata. Desde que Trump inició su carrera por la presidencia en 2016, ha prometido eliminar esa política pública y en su carrera actual por la presidencia nuevamente lo reitera. Los cubanos, venezolanos y colombianos que consumen y se benefician del Obamacare, de lo contrario no tendrían acceso a un servicio de salud, son los mismos que van a votar a Trump que les promete eliminar ese plan de salud. Un comportamiento contradictorio que resulta difícil de explicar, pero que sociológicamente admite interpretaciones.
¿Cuál es el principal problema y cuál la mayor amenaza para los EE.UU., según los votantes latinos?
Esas fueron dos preguntas abiertas de la encuesta que hicimos. El principal problema, la mayor preocupación de los latinos, es la economía, pese a que EEUU tiene en este momento la economía más fuerte del mundo, no hay economía que esté en mejor condición que la estadounidense, todo ello en el contexto de recesión global de la postpandemia. Ese es un logro del gobierno Biden (bajó la inflación de 9 a 3,5 %, el desempleo está en su punto más bajo desde 1969, el crecimiento económico llegará a 3,5 %) y es paradójico que el mensaje que predomina y se instala en la percepción de los ciudadanos es el que plantea que estamos cerca de convertirnos en Venezuela y a punto de la hiperinflación.

La principal amenaza es la inmigración y el control fronterizo, no las cuestiones y los problemas internacionales que definitivamente no están a la cabeza como las mayores amenazas y preocupaciones de los votantes latinos, ni siquiera la política exterior estadounidense hacia Venezuela y hacia Cuba. Salvo aquí en Florida que la constante hispana es mantenerse en la creencia de que endurecer las sanciones diplomáticas contra los regímenes de Cuba y Venezuela puede servir de algo, pero los pobres resultados de las sanciones han demostrado históricamente que tampoco funcionan y los regímenes de esos países continúan en el poder.
En ese punto los latinos se sienten más cómodos con un discurso como el de Trump que, más allá de exacerbar los ánimos y hablar de invadir países, ni lo hizo ni tampoco obtuvo cambios substanciales para la democratización de esos países o resultados tangibles más allá de endurecer las sanciones. Cuba lleva 65 años de sanciones que no han logrado un cambio de régimen, ni siquiera de estilo ni de comportamiento en el liderazgo, pero, aquí en Florida, se dice: ‘las sanciones no funcionan, pero hay que hacerlas más duras’.
Por otra parte, los hispanos estiman que esas son las principales amenazas porque ya son ciudadanos norteamericanos y en eso se parecen mucho al público en general de los EE.UU.. El mismo Trump vino aquí, a Florida, a Hialeah, a decirle a un público predominantemente hispano que si él gana la elección el primer día va a poner inmediatamente un plan en marcha de deportación masiva de indocumentados, va a hacer redadas de indocumentados. Y lo decía ante un gran grupo de hispanos que incluso pueden no tener sus documentos.
¿Por qué a los hispanos de Florida les preocupan la inmigración y el control fronterizo?
Hablando de esas primeras generaciones que ya son ciudadanos, que ya han resuelto su situación, que ya tienen documentos, la metáfora de la escalera y el barco ilustra de forma nítida la idea de que el último que sube al barco levanta la escalera porque el barco está lleno y no hay lugar para otros tripulantes.

Es decir, los que estamos aquí hace mucho tiempo nos creemos mejores, con el razonamiento y las ideas de que estamos más capacitados, de que estamos aquí de manera legal y no vinimos cruzando la frontera, somos mejores que ellos, entonces no tenemos obligación de aceptar a aquellos que vienen de abajo, algunos incluso no son asilados políticos, son asilados económicos y hay mucha ‘chusma’ en esos grupos, se dice en tono despectivo, y que incluso que el crimen ha subido gracias a la inmigración, cosa por demás que es falsa, pero eficiente discursivamente. La mayoría de los inmigrantes no son delincuentes, pero la inmigración es un elemento que facilita el discurso político populista bajo la idea de cerrarle la puerta a esa gente que está viniendo y que va a destruir la esencia de la democracia norteamericana y que va a traer criminalidad a nuestras ciudades.
[1] La Encuesta Anual de Opinión Pública Hispana consultó a 1.221 ciudadanos, entre el 18 de noviembre al 3 de diciembre de 2023, fueron seleccionados al azar entre votantes registrados en los 22 estados de Estados Unidos con la mayor concentración de hispanos, según el Censo de Estados Unidos. La encuesta tiene un margen de error de ±2,8%.
